
El presidente Javier Milei afirmó públicamente, previo a su viaje al Vaticano, que el consumo en Argentina no está experimentando una caída. Sin embargo, esta afirmación se contrapone directamente con las estadísticas elaboradas por la Cámara Argentina de Comercio (CAC), una entidad que agrupa a las grandes empresas de comercio y servicios, y que se considera ideológicamente afín al gobierno actual.
Según el Indicador de Consumo (IC) de bienes y servicios finales de la CAC, correspondiente al mes de marzo, se registró un deterioro del 1,1 por ciento en comparación con febrero. Si bien se observa un avance del 4,2 por ciento respecto a marzo de 2024, este incremento se debe en gran medida a la baja base de comparación, ya que la economía se encontraba en una fuerte recesión durante ese período.
La realidad que enfrentan la mayoría de los argentinos es una marcada disminución del consumo, producto del estancamiento de los ingresos y el aumento constante de la inflación. La medición de la CAC, que abarca todo el territorio nacional y diversos sectores económicos, ofrece una visión más amplia de la situación que las cifras centradas únicamente en supermercados y almacenes, que acumulan 15 meses consecutivos de caída.
A pesar de los "creativos argumentos" de Milei, quien sostiene que "lo que está pasando es que está cambiando la modalidad de consumo" y que "el consumo está volando", los datos de la CAC revelan una realidad diferente. La caída del 1,1 por ciento en el IC en marzo, en comparación con febrero, es una señal clara del deterioro del consumo de bienes y servicios por parte de las familias.
El aumento del 4,2 por ciento en la comparación interanual se ve distorsionado por la baja base de comparación de marzo de 2024, cuando la economía se encontraba en caída libre y la incertidumbre generada por la mega-devaluación afectaba el consumo. Al comparar el primer trimestre de 2025 con el mismo período de 2023, se observa una disminución del 3,5 por ciento en el consumo.
Desde la CAC, se atribuye la caída intermensual del consumo a la aceleración inflacionaria, aunque se considera que esta situación es temporaria y relacionada con la incertidumbre cambiaria previa al levantamiento del cepo. Sin embargo, el impacto de la reciente devaluación del dólar oficial en los precios aún es difícil de cuantificar.
Consumo por sectores:
-Indumentaria y calzado: Crecimiento del 14,4 por ciento, explicado por la baja base de comparación de marzo de 2024.
-Transporte y vehículos: Crecimiento del 5,1 por ciento, impulsado por mayores patentamientos.
-Recreación y cultura: Crecimiento del 3,5 por ciento, debido al ajuste en el gasto de ocio de los hogares.
-Vivienda, alquileres y servicios públicos: Crecimiento del 0,6 por ciento, explicado por la inelasticidad de los servicios públicos.
-Resto de los rubros: Crecimiento del 4,3 por ciento.
-Consumo masivo:
La CAC señala un crecimiento desestacionalizado del 1 por ciento en bienes de consumo masivo (FMCG) en marzo, contradiciendo los datos de la consultora Scentia, que reporta una caída del 5,4 por ciento interanual en supermercados y almacenes.
En resumen, las estadísticas de la CAC contradicen las afirmaciones del presidente Milei, evidenciando una caída en el consumo que afecta a la mayoría de los argentinos, producto del estancamiento de los ingresos y la inflación.
Con información de Página 12