Un joven oriundo del campo compartió a través de Facebook una estremecedora anécdota de cuando era pequeño.
"Hola amigos, esto que les voy a compartir pasó aproximadamente hace unos años, yo tenía 11 o 12 años, vivía con mi mamá y mi hermana mayor. Una noche que creo fue un viernes, no recuerdo bien, estábamos los tres cenando y mirando televisión. Ya era tarde y en la programación hicieron la propaganda de una buena película y dijimos 'nos quedaremos a verla'", comienza.
"Teníamos un solo televisor que estaba en el comedor, al lado de mi casa había un kiosco y me mandaron a comprar algunas cosas dulces como postre para acompañar la película. Fui a comprar y cuando regresaba y estaba a punto ya de entrar a mi casa, miré a un lado y vi como que alguien pasó corriendo por arriba de la casa del vecino. Entré rápido y le avisé a mi mamá que salió a ver, pero no había nadie ni se escuchaba nada", sigue.
"Entonces quedó como que no era nada, miramos la película y fuimos a acostarnos. Vivíamos en un lugar que es campo, las calles son de tierra, pocas casas por ese entonces, cañaverales, un monte casi en frente de casa, zona rural, las sombras son normales ahí por los árboles y plantas, en fin… Yo me dormí bien, me acosté, pero mi hermana me despertó llorando. Dormíamos en la misma pieza, le pregunté asustado que le pasaba y me agarró del brazo, y me sacó de la cama corriendo a la pieza de mi mamá", continúa.
"Mi hermana contó que había escuchado ruidos en el fondo de nuestra casa, miró por la ventana y vio un hombre cubierto de pelos que caminó a la vuelta del gallinero, y saltó la trinchera de caña hacia la casa del vecino quien tenía un gran fondo debido a que es tabacalero y tenía galpones ahí. Mi mamá, casi sin entender nada, salió al fondo con un palo y nosotros detrás de ella, aunque no vimos nada. Solo los perros del lugar llorando de manera curiosa", detalla.
"Entonces al otro lado de la cincha vimos a este hombre que se levantó y nos miró, era un hombre como había dicho mi hermana, todo cubierto de pelos. Quedamos helados abrazados sin poder gritar, mientras tanto lloraban los perros y ladraban. El vecino prendió la luz de su casa y este se fue corriendo atrás de los galpones, cuando se escuchó como lamento, un grito de un hombre que fue cambiando y luego era como un perro. El vecino dijo que al escuchar eso en la oscuridad se quedó inmóvil del miedo", cuenta.
"Al otro día mi mamá trajo un cura e hizo bendecir las casas. Pero pasaron los meses y en el monte que está frente a la casa se volvió a escuchar ese lamento, ahí salieron vecinos hasta la policía fue a ver porque era así siempre, los viernes pasaba esto", relata.
"Jamás vieron nada, solo encontraban ropa de hombre. Nunca contamos lo que vimos hasta hoy. Actualmente tengo 33 años, tengo hijos, y comparto con gusto en esta página de lo que esa noche vivimos con mi familia", finaliza.
