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Opinión

El triunfo de Merkel fortalece la Unión Europea

El cuarto triunfo electoral de Angela Merkel como canciller de Alemania, con la Unión Demócrata Cristiana (con un 33,5% de los votos y 12 puntos sobre sus segundos, los socialdemócratas), representa un reaseguro para la Unión Europea, que se vio sacudida con la salida de Gran Bretaña (Brexit) de esa comunidad política, conformada ahora por 27 países, que fue constituida para impulsar la cooperación económica —bajo un mismo signo monetario (el euro)— y la unidad política, como factor primordial de integración y alejamiento de cualquier conflicto entre los países miembros, representados en el Parlamento Europeo.

 

Como es sabido, la decisión de Gran Bretaña de separarse de la UE, mediante el referéndum popular, realizado en 2016, que aprobó el Brexit, sosteniendo principios nacionalistas en defensa de políticas propias en lo económico, institucional, de defensa de la soberanía frente a las cuestiones de la inmigración, similares a las sostenidas por Donald Trump en EE.UU., como de otras diferencias relacionadas al funcionamiento y propósitos de la UE, repercutieron en otros países que amenazaron con seguir idéntico camino y reavivar sus ideales independentistas como en Cataluña.

 

Dentro de este contexto, la canciller alemana, Angela Merkel, remarcó siempre una política de refortalecimiento para la comunidad europea, no sólo defendiendo el cosmopolitismo y la globalización, sino abriendo las puertas de su país a más de un millón de inmigrantes de Medio Oriente y África del norte, poniendo énfasis en los valores humanitarios y de coexistencia, frente a las posturas nacionalistas cerradas y xenófobas de las que el presidente de los Estados Unidos es su principal abanderado. Por otra parte, Merkel —durante sus tres períodos de gobierno— hizo crecer la economía de Alemania con el impulso de la actividad productiva, posibilitó la reducción del desempleo del 11,2% al 3,8% y logró poner a su país como la cuarta potencia económica mundial y la primera europea. Para los observadores, su triunfo marca el fin del efecto dominó ultranacionalista, iniciado por Donald Trump y el Brexit en Gran Bretaña, con la ayuda de su socio francés, Emmanuel Macron, quien echó por tierra las ambiciones electoralistas de la ultraderecha de su país, que confiaba llevar a Marine Le Pen a la presidencia.

 

Pese a que en Bruselas —sede de la UE— no han faltado opiniones sobre una posible complicación en las reformas que se esperan llevar adelante en la Eurozona, con la incorporación de los liberales en una coalición de gobierno que formará Merkel (sector que impulsa la salida de Grecia de la Eurozona), desde las tiendas de la gobernante Unión Demócrata Cristiana se reafirman las políticas de la canciller sobre la unidad y el impulso regional. Objetivos que nadie le discute a Angela Merkel, quien dio sobradas muestras de concreciones en ese sentido. Por otra parte, a la canciller se le reconoce haber equilibrado a Alemania y haber dejado el Presupuesto de 2016, con un superávit de 23.700 millones de euros (0,8% del PBI).

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