Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Opinión

Incertidumbre pre y pos electoral

En nuestro país los hemos tenido —y tenemos— toda clase de planes gubernamentales: trienales, quinquenales, a mayor o menor plazo con algo en común: no se cumplen como se anuncian. Algunos quieren ser serios, científicos; los otros, en cambio, satisfacen más directamente y sin falsas pretensiones a su verdadero propósito; dar al pueblo algo que soñar, una meta ambiciosa que solamente se podría cumplir trabajando todos, duro y parejo, seriamente. Pero también sabemos que ese contexto no se da, y el plan propuesto queda limitado por una realidad que lo supera. Ahora, incluso, es tediosa la repetición de que la Argentina encontró la única vía posible para alcanzar el desarrollo, pero el impulso básico para lograrlo (reactivación y producción) es hasta ahora una imposibilidad inmediata.

 

¿Son inútiles los planes de desarrollo? ¿Acaso no han tenido éxito los planes “indicativos” de Francia o los planes quinquenales en países del Este? ¿Por qué entonces fracasan tan lamentablemente nuestros planes en lo que debería ser el objetivo fundamental trabajo y producción? ¿En qué consiste el planeamiento? Es un desarrollo armónico de todos los sectores del país mediante la distribución nacional de los recursos de inversión que, desgraciadamente, son escasos. En este sentido la discusión se divide en varias perspectivas, a la vez que los recursos no alcanzan y existe una carencia de políticas estimulantes para la producción interna. En consecuencia, el capital privado elige las obras más prioritarias, o sencillamente paraliza emprendimientos de envergadura que representan un riesgo de inversión sin recupero.

 

En la Argentina de hoy, el Gobierno habla de políticas que son más pragmáticas que de proyección, de las que se desprenden planes de los que aún no se atisban los resultados que tendrán. Es más, aún no sabemos qué podrá ocurrir después de las elecciones legislativas del 22 de este mes. Concretamente, la incertidumbre es pre y pos electoral. De lo que se trata es de definir al país a través de un proyecto de planificación que no quede circunscripto en las medidas que se practican para mantener la estabilidad. No se sabe cuáles son las metas genuinas que deben seguirse para una sostenida reactivación. Es de esperar que aún quede margen para emprender esa tarea, infinitamente difícil, pero más noble y fundamental que la de establecer largas listas de emprendimientos públicos y privados que sólo queden en expresiones de anhelo.

 

Es necesario profundizar el cambio, en función de lograr mejoras estructurales acorde con el excepcional potencial de las riquezas naturales y con el modernizante potencial de la población, capaz de superar los índices de productividad y conformar secuencias de demanda de alza, fomentando así un firme desarrollo del mercado interno con disminución de los costos unitarios y proyecciones hacia la exportación. Por otra parte, hay que actuar tomando las previsiones para no generar incertidumbres e insertar el regionalismo económico al amparo del federalismo político.

Seguí a Nuevo Diario Web en google news

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso