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Opinión #Internacional

A Sangre y Fuego: Muerte en Ghouta Este (Parte II)

Continuando el relato que comenzamos la semana pasada (ver nota del día 28/8) del capítulo de la guerra civil en Siria que aún sigue desarrollándose en aquel país, referido al asedio que las fuerzas de Bashar al Asad impusieron en el enclave rebelde de Ghouta Este, y provocó su posterior toma y destrucción. En este análisis histórico queremos sintetizar el conflicto que desangra a Siria, hace ya más de 9 largos años

Agrandar imagen El 25 de diciembre de 2015, el líder del Ejército del Islam, Z. Alloush, perdía la vida en el contexto de un bombardeo ruso en el pueblo de Uthaya, ubicado dentro de los límites del enclave
El 25 de diciembre de 2015, el líder del Ejército del Islam, Z. Alloush, perdía la vida en el contexto de un bombardeo ruso en el pueblo de Uthaya, ubicado dentro de los límites del enclave

División interna (cont.)

El segundo de los grupos, Harakat Ahrar Al-Sham Al-Islamiyya, de tendencia antisaudita, se nutría principalmente de las enseñanzas de clérigos salafistas, como Sayyed Imam al-Sharif, Abu Mohammed al-Maqdisi y Abu Qatada al-Falastini; y recibía apoyo privado de clérigos qataríes para promover la lucha armada universal del Islam contra gobiernos árabes a los que consideraban contrarios a las enseñanzas religiosas y bregaban por la instalación de un Califato universal. Esta agrupación se separó en julio de 2016 del Frente Nusra, perteneciente a Al-Qaid, en un intento por sobrevivir en forma independiente y seguir obteniendo cierto apoyo exterior.

Mientras que los anteriores grupos eran de tendencias salafistas, Failaq al-Rahman se presentaba a sí mismo como una de las facciones del Ejército sirio libre que enfatizaba su lucha en temas nacionalistas y militares. Este grupo estaba liderado por el capitán desertor del Ejército sirio, Abdel Nasr Shmeir, con vínculos familiares en Ghouta del Este de donde su familia provenía y estaba emparentado con el sheikh de la ciudad de Douma, Abu Rateb Abu Diqqa. Los miembros de esta facción tenían por líder espiritual al sheikh antisalafista Riyad al-Khiraqi, o Abu Thabet, quien fue asesinado por alguna de las otras facciones rebeldes en mayo de 2015 durante una de las luchas internas de poder dentro del enclave.

El 25 de diciembre de 2015, el líder del Ejército del Islam, Z. Alloush, perdía la vida en el contexto de un bombardeo ruso en el pueblo de Uthaya, ubicado dentro de los límites del enclave. Su muerte dejó un vacío de poder que fue aprovechado por las diversas facciones rebeldes para ocupar territorio. Esto desencadenó una guerra interna que dejó un saldo de cientos de combatientes muertos, y fue a su vez aprovechado por las tropas gubernamentales que lanzaron una ofensiva por la que retomaron la mitad del enclave incluyendo importantes zonas rurales que servían para el abastecimiento de productos alimenticios y facilitaban el contacto con el exterior.

Esta guerra civil dentro de la guerra misma volvió a repetirse en abril y mayo de 2016 entre el Ejército del Islam por un lado y todas las demás facciones por el otro, dejando una vez más un saldo de cientos de combatientes muertos en ambos bandos. Fue de esta manera que la alianza enfrentada al Ejército del Islam logró expulsarla de Harasta y ocupar los túneles de contrabando que se encontraban en la zona. En junio de 2016, a través de la mediación del gobierno de Qatar, se llegó a un alto el fuego que estableció nuevas fronteras internas unidas a través de puestos de control administrados por las diversas facciones militares. Estas divisiones facilitaron nuevas ofensivas de las fuerzas leales al gobierno que las llevaron a importantes avances sobre el terreno y a la pérdida por parte de los rebeldes de diez pueblos en la región de Deir al-Asafir, con sus aéreas de cultivo. En nuevas ofensivas, a fines de julio de 2016, el gobierno de Assad nuevamente pudo recapturar las poblaciones de Jarba, Bahariya y Meydaa; en el perímetro este del enclave. Mientras que en agosto de 2016 pudieron recuperar la ciudad de Darayya y los pueblos de Hawsh y Nasri, servían como reservorios de producción agrícola.

El 28 de abril de 2017, debido a acusaciones mutuas de traición, herejía y de provocaciones militares por diferencias ideológicas; los combates internos entre Jaish al-Islam y Tahrir al-Sham volvieron a repetirse por el término de una semana lo que llevó prácticamente a la aniquilación de este último movimiento como fuerza combativa.

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