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Opinión El presidente retó a sus ministros y cambió de actitud

Van quedando atrás los modales ???zen??? de Macri

Mauricio Macri sigue envalentonado con la sorprendente marcha de apoyo al Gobierno “a la democracia” según la más amplia consigna- de hace ocho días.

Ni siquiera el contundente paro general de la CGT pudo alterar el optimismo que dejó en la Casa Rosada aquella manifestación.

 

En la reunión de Gabinete ampliado de un par de días después, Macri retó a sus ministros. Les dijo que la gente había exhibido “mayor compromiso” que ellos mismos con el Gobierno. Les pidió redoblar los esfuerzos de gestión.

 

Repasó los números del “achicamiento” de las plantas en las distintas reparticiones (al Gobierno no le gusta hablar de “ajuste”) y retó en particular al ministro de Producción, Francisco Cabrera, por la “lentitud” en adecuar la suya.

 

Cabrera heredó buena parte del ex Ministerio de Planificación Federal. “Por primera vez, por un par de minutos, lo vi a Macri como un estadista”, confió uno de los asistentes impresionado por la determinación del ingeniero.

 

Haciéndose eco del mensaje de las calles, Macri cargó contra las “mafias” sindicales y demás. Fueron quedando en estos días muy atrás los modales “zen”.

 

Ya Marcos Peña en su exposición en la Cámara de Diputados confrontó fuerte con el kirchnerismo al que reclamó “háganse cargo”.

 

Todo indica un viraje que anticipó el tono de la campaña. Que de parte del oficialismo ya ven como polarización entre el Gobierno y la oposición kirchnerista. Y para la Rosada, si Cristina es candidata en Buenos Aires, mejor.

 

Mala noticia para Sergio Massa, de muy bajo perfil desde hace dos meses. Massa ha ensayado en este tiempo un slogan que molestó al oficialismo-: “Macri y Cristina son dos caras de la misma moneda”. Al parecer una estrategia está en revisión. Se perfilan claramente dos posturas, y que la gente percibe muy diferenciadas.

 

Las marchas de las últimas semanas tuvieron este pulso: docentes, 24 de marzo, luego el paro cegetista. Contra todo esto salió un amplio sector de clases medias a la calle hace dos sábados.

 

Con la CGT

 

Al paro se llegó luego de un 2016 de tregua Gobierno-CGT. Es una realidad que Macri recibió y atendió a los popes sindicales como nunca lo hizo Cristina Kirchner en años. Les devolvió también parte de los multimillonarios fondos adeudados a las obras sociales, que los Kirchner habían dejado de pagar desde 2003. Pero hay un caldo para el conflicto. En 2016 la economía se desplomó 2,3%. La pobreza alcanza al 32% de los argentinos, y la mitad de los chicos son pobres en el país. La inflación superó el 40% el año pasado pulverizando salarios.

 

Las negociaciones salariales a la baja, con cláusula gatillo a lo sumo empatan, pero no recuperan los puntos perdidos por la inflación pasada.

La producción industrial lleva 13 meses de caída, y en febrero industria y construcción, pilares del empleo, cayeron 6% y 3,4%.

Pero en el Gobierno insisten que “lo peor ya pasó”.

 

En un asado el miércoles pasado con los diputados de PRO, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, admitió que la percepción general sigue siendo “crítica”.

Pero, optimista, sostuvo que en los próximos 90 días las cosas cambiarán.

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