La familia de Elsa Victoria Correa, quien fuera asesinada en noviembre de 2005 por su entonces pareja Ricardo Martín Bravo, expresó su indignación por las “chicanerías en que incurre este sujeto para evitar ser juzgado”.
Los familiares de la extinta mujer, que fue asfixiada por el acusado a bordo del camión que conducía, se mostraron ofuscados al ser notificados de la suspensión del juicio que debió haberse iniciado en contra del sujeto, quien presentó certificados médicos para “justificar” su imposibilidad de asistir a las audiencias del juicio.
En principio, Ricardo Bravo adujo que Elsa Victoria se había descompensado y había golpeado su cabeza en la palanca de cambios del camión, pero pericias posteriores determinaron que la víctima había muerto por asfixia al ser estrangulada con las manos.
El sujeto fue procesado como autor de homicidio simple, su defensa apeló tal resolución pero la Cámara de Apelaciones confirmó su procesamiento. En 2008 se hizo lugar al cese de prisión, tras haber permanecido tres años detenido sin haber sido juzgado.
“Esta es la tercera vez que el juicio se suspende y siempre por maniobras del acusado”, dijo Marina Mercado —hija de la mujer asesinada—, quien solicitó a la Justicia que “tome las medidas necesarias para que el juicio en contra de este asesino se realice de una vez por todas”, expresó. “Que sea juzgado y que pague por la muerte de nuestra madre. No puede seguir libre. Queremos que se haga justicia”, concluyó.
Conceptos del abogado querellante
El abogado Horacio Patto, quien representa como querellante a la familia de Elsa Victoria Correa, requirió que si bien el hecho ocurrió antes de que esté vigente la Ley de Violencia de Género en la provincia y por lo tanto no puede ser considerado femicidio, “se tenga en cuenta que la víctima sufrió episodios de violencia que concluyeron con su asesinato”. “Pero sobre todas las cosas, lo que se debe tener en cuenta es que mientras el acusado está libre hay una familia que sufre”, acotó el letrado.