
Un inquietante hallazgo encendió las alarmas en las últimas horas en una zona poco transitada de la ciudad de Frías, aparentemente (según las redes sociales). Vecinos encontraron un conjunto de ofrendas vinculadas a prácticas de macumba, acompañadas por un papel que contenía un nombre escrito con claridad: “Walter”. El episodio, cargado de elementos típicos de rituales esotéricos, generó preocupación e incertidumbre, especialmente entre quienes comparten ese nombre y se sintieron directamente aludidos.
La escena incluía objetos que suelen utilizarse en ceremonias de origen afro-brasileño, como velas, recipientes con líquidos oscuros, frutas, muñecos y restos de alimentos, además del mencionado papel con el nombre propio, lo que le otorgó al hallazgo un carácter más perturbador para quienes se toparon con él.
Aunque estas prácticas están ligadas a tradiciones religiosas y culturales que cuentan con seguidores en distintos puntos del país y de América Latina, no es la primera vez que la aparición de estos elementos en espacios públicos genera una reacción de temor o desconcierto en la comunidad.
Este tipo de situaciones reaviva el debate sobre los límites entre la libertad de culto, el respeto por las tradiciones culturales y la tranquilidad pública, especialmente cuando los rituales se llevan a cabo en espacios abiertos o de circulación común, sin ningún tipo de resguardo o aviso previo.