
En un controvertido giro de eventos, la administración del Gobierno de Javier Milei ha ordenado la destrucción del monumento al periodista y escritor Osvaldo Bayer en Río Gallegos, lo que ha generado una fuerte reacción del intendente de la localidad, Pablo Grasso. El mandatario calificó la acción como cobarde y una falta de respeto, particularmente por haberse realizado un día antes del feriado nacional por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia.
La destrucción del monumento
El monumento, creado por el escultor Miguel Jerónimo Villalba, fue desmantelado sin previo aviso. Grasso denunció que Vialidad Nacional no solo no comunicó la acción, sino que también falló en justificar sus razones para llevar a cabo la demolición. "Los justificativos que dieron son totalmente falaces y mentirosos", enfatizó el intendente en declaraciones a la agencia Noticias Argentinas. Afirmó que nunca hubo problemas pluviales ni problemas de contaminación visual asociados al monumento, que estaba ubicado en el portal de ingreso a la ciudad.
El intendente describió la demolición como “un golpe” que refleja la falta de tolerancia y un error de juicio por parte del gobierno. "Una institución del Estado destruyó un patrimonio de todos", subrayó Grasso, haciendo hincapié en que la obra representaba no solo a Bayer, sino a la historia y cultura de la Patagonia.
Reacciones de la Comunidad
Desde que se conoció el hecho, varios ciudadanos y organizaciones han expresado su indignación, incluso algunas personas han propuesto la construcción de réplicas del monumento en distintas localidades. Grasso aseguró que han estado en contacto con el escultor Villalba para realizar una nueva obra, ya que “el daño fue tan grave que no pueden arreglarla".
Grasso también defendió la importancia de Bayer en la cultura argentina, señalando su trabajo sobre las huelgas de 1920 y 1921, así como su reconocimiento por parte de la UNESCO. "Más allá de no compartir absolutamente nada, es parte de nuestra historia", argumentó, haciendo referencia a la necesidad de recordar y honrar el pasado, incluso cuando no se esté de acuerdo con ciertas figuras históricas.
Sin diálogo
El intendente lamentó que, a pesar de las solicitudes de diálogo con el gobierno nacional, este tipo de acciones revela la intolerancia existente hacia quienes piensan de manera diferente. "Hoy la Argentina está yendo para un camino que tenemos que encauzar", concluyó, instando a recuperar la cordura y el respeto por la diversidad de opiniones.
La polémica en torno a la destrucción del monumento a Osvaldo Bayer no solo resalta la tensión política actual, sino que también plantea profundas preguntas sobre la memoria y el respeto a la historia en un país con un pasado tan complejo. Mientras la comunidad de Río Gallegos y el intendente Grasso trabajan para instituir un nuevo homenaje, la situación se convierte en un símbolo de la lucha por la tolerancia y el reconocimiento de la diversidad cultural.