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Opinión #PlazaLibertad

Monumento ecuestre al general Manuel Belgrano en Santiago del Estero

El monumento fue inaugurado el 28 de octubre de 1912, en ocasión de la transmisión del mando de la provincia al Dr. Antenor Álvarez, reconocido higienista santiagueño, siendo de esta forma el primer acto oficial del nuevo gobernador. El acto fue multitudinario y todo el pueblo santiagueño participó en las celebraciones.

Santiago del Estero tiene el orgullo de ser reconocida como “Madre de Ciudades” por su rol de agente fundacional de todas las ciudades del NOA, a lo que se le incorpora ser tierra ancestral del general Manuel Belgrano, uno de los héroes de la Independencia de América del Sur y creador de la Bandera nacional. De allí son originarios sus antepasados maternos y un lugar muy caro a los sentimientos del prócer. Recordemos que entre los cuatro sitios que eligió para dotarlos de una escuela se encontraba Santiago. El 17 de julio de 1865, el ministro Dr. Manuel Taboada inauguró en el centro de la plaza principal de la ciudad una pirámide en su homenaje.

En su extremo superior sostenía una victoria alada o “nike” que simbolizaba la libertad y en la base una placa marmórea con la leyenda: “…El Pueblo de Santiago agradecido al señor general Dr. Don Manuel Belgrano que dotó su primera escuela 24 de septiembre de 1812 - 20 de febrero de 1813…” En cada costado del basamento se levantaban cuatro estatuas de ninfas que representaban a cada estación del año. Se convertía de este modo en uno de los monumentos más antiguos en honor al “Creador de la Bandera”. Vale aclarar que para su concreción se organizó una comisión integrada por Gaspar Taboada, hermano del exgobernador, Remigio Carol y Gregorio Santillán. Fue costeada por suscripción popular bajo el gobierno de Absalón Ibarra y por su similitud con la pirámide de la Plaza de Mayo comenzó a ser llamada Pirámide de la Libertad. Con el tiempo, este nombre se extendió a toda la plaza y es así como se la conoce actualmente: plaza Libertad. Por largos años la pirámide fue testigo de los principales acontecimientos de Santiago y punto obligado para las celebraciones patrias. Hacia 1912 se decidió reemplazar a la columna por una estatua de más relieve como las que existían en otras ciudades capitales del país. Muchas voces se alzaron en protesta, pero el progreso ganó la partida y al amanecer del 5 de agosto de 1912, la modesta columna de la libertad fue retirada de su lugar de honor. Por ese entonces el intendente era Pedro Gallo, y sus rivales políticos señalaban que con el monumento desaparecía la libertad en Santiago del Estero.

Sin embargo, no todo se perdió. La columna fue reubicada en el cementerio de Santiago con función ornamental y más tarde depositada en el corralón de la Municipalidad de la Capital. Su destino final fue la fronteriza ciudad de Frías donde se reconstruyó la pirámide, que hoy puede verse en la plaza 25 de Mayo de esa ciudad santiagueña. Las cuatro estatuas que la rodeaban fueron trasladadas al parque Francisco de Aguirre, a orillas del Mishky Mayu (río Dulce) formando parte de un conjunto escultórico que recuerda la leyenda del Kakuy.

Las históricas placas de mármol, con el escudo de la provincia de Santiago del Estero y el de la Confederación Argentina, que ornamentaban la base de la pirámide, fueron recuperadas por el Dr. Orestes di Lullo y se encontraban exhibidas en el Museo Histórico. Actualmente han sido trasladadas al Centro Cultural del Bicentenario. En 1912, para recordar el centenario de la batalla de Tucumán, el gobierno designó una comisión cuyo principal cometido fue levantar, en la plaza Libertad, un monumento en homenaje al general Manuel Belgrano. Se decidió realizar una estatua ecuestre en bronce, manteniendo, en líneas generales, el diseño de la estatua levantada en la Plaza de Mayo de la Ciudad de Buenos Aires. Fue fundida en los talleres del maestro José Garzia, autor de varios monumentos en homenaje al general San Martín. Como ocurrió con la Pirámide de la Libertad, el costo económico de la estatua ecuestre fue sufragado por aportes voluntarios de los habitantes y la contribución del Estado provincial. El conjunto arquitectónico nos permite ver al general Manuel Belgrano montado en su caballo, sentado y con los pies apoyados en los estribos de la cabalgadura. Con su brazo izquierdo sostiene con firmeza las riendas y en su mano derecha empuña la espada. Su cabeza se presenta erguida, en línea con el eje central de la estructura, mientras su mirada se mantiene fija y levantada hacia el horizonte.

Todo el conjunto estatuario descansa sobre una elevada plataforma de granito. En la reconocida obra de Nanzi Sobrero de Vallejo sobre “Iconografía Belgraniana” se puede remarcar su observación: “…Nos crea interrogantes especialmente el sombrero que lleva el prócer, coronado por un penacho con plumas similar al que dibujó Géricault para la litografía francesa…” En efecto, si comparamos ambas representaciones podemos ver la presencia de la ornamentación en ambos sombreros, siendo la del monumento santiagueño más notoria aún que la de la litografía.

Profundizando el análisis de este tema observamos opiniones contrapuestas. Por un lado tenemos la definición del estudioso Carlos Massini Correas (también citado por Sobrero de Vallejo) quien señala que en realidad el Prócer nunca usó una pluma, “…llevaba solamente en ese sombrero un galón de oro, regalo del general Tomás Iriarte, al pasarse de las tropas españolas a las armas de su patria…”.

En la obra de Bartolomé Mitre encontramos una definición acorde con este criterio, que seguramente es la fuente en que se nutre Carlos Massini: “…sombrero elástico, orlado por un rico galón de oro que le había regalado el general Iriarte al pasarse del ejército español, sin ningún otro relumbrón…” Sin embargo, el coronel Ambrosio Cramer, quien fuera edecán del general Belgrano luego de su regreso de Chile, señalaba que utilizaba un bicornio con dos plumas, una celeste y otra blanca, que fueran obsequio de Eduardo Holmberg. Fue el mismo Cramer quien en 1819 encargó las litografías a Teodoro Gericault mientras se encontraba en París. Con el mismo bicornio apenachado lo vemos representado en el pequeño bajorrelieve de la parte posterior del monumento.

Observando el conjunto de frente, encontramos tres estatuas que emergen de un mismo bloque de mármol. La figura central es una mujer que simboliza a la Patria. A su lado dos esculturas masculinas, una de ellas llevando en alto la Bandera y la otra una espada. Representan las dos principales victorias del Gral. Belgrano, las Batallas de Salta y Tucumán, que aseguraron el destino de la Patria.

En la parte posterior, una pequeña placa de bronce resalta a Manuel Belgrano como educador. Es un homenaje de la Comisión Pro Patria de Señoritas de Santiago del Estero.

En la vista izquierda se halla una enorme placa en bajo relieve de bronce con una escenificación de la batalla de Tucumán.

En la vista derecha puede verse una representación en la cual el general Belgrano está recibiendo al Batallón Santiagueño.

Al pie del conjunto escultórico se conservó la lápida dedicada a Belgrano que estuvo en el frente de la vieja pirámide.

El monumento fue inaugurado el 28 de octubre de 1912, en ocasión de la transmisión del mando de la provincia al Dr. Antenor Álvarez, reconocido higienista santiagueño, siendo de esta forma el primer acto oficial del nuevo gobernador. El acto fue multitudinario y todo el pueblo santiagueño participó en las celebraciones. Primeramente el obispo ofició un tedeum en La Merced en homenaje a los soldados que tomaron parte en la Batalla de Tucumán. Luego el maestro Rufa ofreció un repertorio de ejecuciones clásicas a cargo de la banda de música. Es importante destacar que este monumento ecuestre es uno de los primeros de su tipo dedicado al Gral. Manuel Belgrano y una sentida ofrenda de la tierra de su familia materna a su memoria.

 

El artículo pertenece a la revista digital Belgranianos de la Asociación Belgraniana de Capital Federal.

Clemente di Lullo, profesor y presidente de la Asociación Cultural Sanmartiniana de Santiago del Estero.

Alejandro Rossi Belgrano, ingeniero y presidente de la Asociación Belgraniana de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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