Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
La Provincia #LaBanda

La injusticia que pasó el ???Padre de la Patria???, no disfrutar la vejez en su querida América

José Pepe Olivieri, integrante de la Asociación Sanmartiniana relató los últimos años de

San Martín a 173 años de su fallecimiento.

A mediados de 1848, don José había alquilado el segundo piso de la propiedad situada en el Nº 105 de la Grand Rue. En el piso superior vivía su propietario, Henri Adolphe Gérard, abogado y vecino de gran notoriedad, que se desempeñaba como bibliotecario de la ciudad y periodista. Cabe destacar que el anciano guerrero había vivido, hasta mediados de 1848, en su casa de Grand Bourg. La propiedad que tanto le había ayudado a comprar su entrañable amigo Alejandro Aguado, un banquero muy rico que había fallecido en un viaje a España en 1842.  Por esa casa de Grand Bourg, el libertador sentía un cariño muy especial, pues allí vivió muy feliz rodeado de su familia, de su huerta, de sus árboles frutales, y de su taller de carpintería, pero un movimiento revolucionario desatado en Francia en aquel año, en la que recrudecían las corridas, luchas callejeras, desordenes populares, pánico, tragedia, para protección de su familia, hizo que se mudara a la que sería su última morada en Boulogne Sur Mer, en la costa norte francesa, sobre el Canal de La Mancha. Buscó allí un lugar próximo para embarcarse a Inglaterra ante una situación límite de inseguridad. El 14 de agosto de 1849, por medio de su yerno, Mariano Balcarce, vendió su casa de Grand Bourg y parte del mobiliario y otras pertenencias le fueron llevadas a Boulogne, entre ellas, su propio retrato y el de Bolívar, un cuadro que reflejaba la batalla de Maipú, alguna que otra pintura realizada por él. 

 

Sus últimas horas

Ya con su salud deteriorada, el martes 13 de agosto de 1850, mientras se encontraba junto a su hija Mercedes frente a la playa, contemplando el Canal de la Mancha, que estaba a poca distancia de su casa, observando aquel paisaje con mucha bruma, no solo por la que produce la naturaleza en el mar, sino principalmente por su poca visión, de pronto sintió un sacudón en su interior. Llevándose una mano al corazón, le dijo a Mercedes: “Hija, es la tempestad que llega al puerto”. Apuraron entonces el regreso a la casa. 

El sábado 17 a la mañana, pidió que lo llevaran a la habitación de Mercedes para que le leyera los diarios. Pero a las 14, un nuevo e intenso dolor en la parte superior del abdomen, acompañado de intensa fatiga, le hizo decir: “Mercedes, es la fatiga de la muerte”.

A las 15, acompañado por su hija, sus nietitas, su yerno, su médico, el Dr. Jordán, y Javier Rosales, quien informó a su gobierno de Chile diciendo: “Acabó sus días con la calma del justo, en los brazos de su afligida familia”, pasaba a la eternidad y al bronce de nuestra historia de la libertad, don José Francisco de San Martín.

 

A 173 años...

A 173 años de su partida, no hemos tenido la capacidad humana de buena voluntad y de patriotismo para haber logrado una nación unida en honor a sus sueños, los mismos que anhelaron todos los que entregaron y dedicaron su vida a la libertad de nuestro pueblo.

La Banda
Seguí a Nuevo Diario Web en google news
Comentarios

Te puede interesar

Teclas de acceso