La mujer le pidió a una hija que escondiera los cuchillos por temor a que su marido los agrediera con ellos. Al llegar la Policía se ocultó en el baño y se cubrió con un colchón.
La agredió y lesionó tras mantener una fuerte discusión en el hotel donde estaban alojados. Le imputaron lesiones leves calificadas.
El hombre de 72 años sostuvo que se mareó mientras pedaleaba y perdió el control del rodado.
El revoltoso fue demorado y trasladado a la sede policial, donde fue identificado y posteriormente recuperó la libertad, pero vinculado a la causa.
El joven indicó que habría sufrido amenazas de muerte en varias oportunidades.
La menor y el otro conductor, tuvieron que ser hospitalizados tras sufrir lesiones. Se encuentran fuera de peligro.
El damnificado radicó la denuncia penal por violencia doméstica y daños. El sujeto fue aprehendido por la Policía.
La hizo ir engañada diciéndole que le harían entrega de una casa y debía firmar papeles. La joven subió a la camioneta para ir a la comisaría pero el sujeto la llevó a otro lado. La víctima quiso huir pero el ex la arrastró de los cabellos
El hecho sucedió el 12 de noviembre último, en la casa de los padres del acusado Diego Facundo Bravo, en el barrio Independencia de la Capital. El sujeto comenzó a discutir con la víctima por dicho motivo, le rompió el celular y la golpeó.
El agresor fue imputado del supuesto delito de lesiones leves en perjuicio del efectivo, que sufrió un hematoma en el ojo izquierdo.
La abuela del joven intervino junto a otras dos mujeres. Los revoltosos fueron alojados en sede policial por orden de la Fiscalía de Capital.
Héctor Jorge Gómez (a) “Crosti” fue encontrado culpable de lesiones calificadas y amenazas, en tanto que fue absuelto —por prescripción de la acción penal— respecto de los delitos de daño y desobediencia judicial y un caso de amenaza.
La víctima recibe la asistencia psicológica correspondiente, tras los hechos traumáticos vividos en manos de su exconcubino.
La mujer denunció a su hermano por el delito de lesiones calificadas. Fue excluido del hogar y se le impuso una perimetral.
Se enojó porque la víctima le pidió que no griten ya que su madre y el resto de la familia estaban durmiendo. El inculpado se enojó y le propinó trompadas y patadas, ocasionándole lesiones.
